Salud

 

El frente blanco y cuadrado de casa.
Abajo de la ventana izquierda, las marcas
de una suela de zapato derecho.

Un piso más arriba mamá
cocina, cose y cada hora
se asoma como un cucú
para velar por los chismes del barrio.
Ríe con la radio, toma una cerveza,
y dos por tres un vaso se le rompe.
Papá, en el dormitorio, gruñe
el número de docenas
roto a lo largo del matrimonio.
Mamá se mete en sus trajes,
disfraces. Las comidas exquisitas.

Cuando el sol terminaba las horas extras,
y calentaban las lámparas de magnesio, Lito
llegaba hasta el negocio vecino
a tomar trago a trago
…………………………..cuantas cervezas
…………………………………………………..le entraran en el vientre.
¡Qué barriga más esférica
y qué hombre tan sediento!
Los codos en el marco de la ventana,
el pie en la pared,
los pelos en maraña; era el colmo
de la simpatía y un campeón de la desmesura.

No había noche que no tambaleara,
desbebiera sobre un coche,
y se fuera amonestado;
ni faltaba un atardecer con mil disculpas
a fondear botellas y botellas y botellas y
regresar a su casa a los tumbos.

Un atardecer mamá cansada
prohibió a Lito apoyar el sucio sello
del mocasín sobre la casa:
esa marca podía interpretarse:
como dejadez, encierro, malaria
de los dueños, quedaba feo.

Lito, colorado, se mantuvo erguido
por su equilibrio desigual. Duró menos
la ardua faena de emborracharse, o cuánto
más pronto se notaban sus réditos.
A casa varias cervezas más temprano,
zig-zag raspando contra las paredes
el lado izquierdo de la memoria.

Las tardes vinieron más cortas,
más fresco, y Lito nunca más.

Mi vieja sigue el movimiento circular,
la cuchara en la olla, los trajes, disfraces,
en la metralla de su máquina;
la cerveza, la radio, la risa, algún vaso
estalla, papá con sus gruñidos por docenas,
las cenas exquisitas.

Vi a Lito, ese otoño, en traje,
corbata y maletín: un cadete del cielo.
Ajeno a la virtud, libraba una guerra santa.
Una religión pedestre le había trocado
borracheras en sermones, diezmo y cánticos:
en su rostro, sombra de cicatrices, la luz
de una paz sumisa. Un preso voluntario
en una jaula transparente.

Compré dos cervezas al lado
de la mancha de Lito,
y brindé con mis padres, por su salud, por…
los disfraces, por la cena, exquisita.