Albañiles: Construcción de una biblioteca

 

Como esperan en estantes los libros
las manos que les saquen el polvo,
en andamios esperan los albañiles
la hora de volver a los suyos.

Caras trabajadas por soles y fríos,
zapatos de hormigón, canas de cal,
untan ladrillos como tostadas
para sus chicos; acomodan
unos junto a otros,
unos sobre otros.

Tienen niveles
para buscar el equilibrio.
El vino los ayuda y entorpece,
arriero de la horas, pasto de las risas.
Chato mecenas, el capataz pide
la música de palas y martillos,
el sonoro rodar de la roldana.
Bate palmas, despabila
a la tripulación del barco quieto.

Ignoran los libros que vendrán
a esperar las manos que les saquen el polvo.
Tal vez alguno verá todo
el edificio que levanta
y hable a sus hijos con orgullo:
tu padre lo hizo.